Crucificar su vida no fue un error, Digno de mención. Nadie le estaba esperando... Al otro lado.
Sus lágrimas fueron un consuelo, Derretidas en su deseo De abandonar la vida, De encontrar una salida.
¿Cuál es la diferencia entre Dios y asesino? El Dios te da la vida... Y el asesino la quita.
Maldecido de su efímero embrujo, Hipnotizado y sin saber qué hacer, Pasaba el tiempo recorriendo las calles, Deambulando hasta el amanecer.
Maravillado quedó su destino Cuando le encontré. Sacó un cuchillo y dijo... ¡Mátamé! Teksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa. |