Se avisa un 26 en vía pública. Al arribo del siniestro los médicos legistas dan fe que el 51 paso a ser un 25.
En el camino la 24 comunica a una clínica lo citado anteriormente. Que el 25 aún no se convertía en un 51.
La clínica en espera del accidentado. En cuestión de minutos el personal médico, los cirujanos, las enfermeras y el anestesiólogo se preparan para lo que será un caso único.
"Bien, colegas... ¿cuál es la situación?"
"Un menor que presenta destroncamiento de cavidad torácica a cavidad abdominal debido a un arrollamiento por neumático de automóvil no identificado."
Lo increíble de este caso es que el menor aún sigue vivo. Algo inusual, ya que en el reconocimiento exterior realizado al menor no se observa ni un órgano vital intacto,mucho menos en condiciones óptimas. Debido a la presión del neumático en el tronco del infante, lo único que une a las cavidades de éste es un pedazo de piel.
Sorprendidos y confusos por el caso, el personal médico comienza el procedimiento para seguir manteniéndolo vivo y tratar de reconstruir lo que se pueda.
El anestesiólogo comienza a suministrar un cóctel de fármacos vía mutimodal para mantenerlo inconciente y alejado de todo dolor.
Las enfermeras limpian y desinfectan las áreas afectadas para que los cirujanos tengan una mejor visibilidad de las zonas dañadas. Mientras,auxilian las enfermeras al anestesiólogo subministrando vía intravenosa pintas de suero y sangre.
Antes de comenzar a operar los Doctores se percatan que el infante no estaba vivo, que sus recciones sólo fueron impulsos nerviosos.
"Doctores, ya no hay nada más que hacer."
"¿Hora del deceso del paciente?"
"Dos con cuarenta y cinco."

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