Bajo la humilde sombra de un árbol muerto le juré mi eterno odio y mi eterno desprecio
Maldita sílfide que ofreces y quitas lo que das jugando a ser cruel cual veneno envanecida
Enmascaras mientras sonríes jamás podrás ocultar ante mi de donde vienes, quien eres, a donde vas
Una rosa negra maldita por tinieblas una rosa roja que de sangre rebosa
Cual fuera su afán sin descanso siempre despertando en el ocaso cuando la noche caía sentía su tierno abrazo
Reminiscencia Marchita
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