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Vitae vel mortis iam nostis
fatum tu eligere iam nostis
exitus et purgatorium est.

Voy hacia la luz para encontrar
todos los besos que no di,
y descansar para llorar
pues toda mi vida perdí.

Soy una ilusión de lo que fui
y sólo pienso en que
se nos va la vida
pensando en el ayer,
pero mi alma se resiste
a no morir en paz:
la condena no voy a aceptar.

Ven, acepta tu sanción:
caerás por tu traición
el mundo de los muertos
es tu hogar.

No quebraréis mi voluntad,
soy yo quien su destino elegirá,
ni tú ni nadie violaréis mi libertad
y si mi cuerpo muere, mi alma seguirá.

Sueño con partir a la otra vida
sin amargas despedidas
y hacia la eternidad.
Sufro y lamento las heridas
de mi alma dolorida
muriendo en soledad.

No, ya no tenéis control,
pues ya pagué mi error.
Cumplid palabra
y dejadme marchar.

Debemos destruir tu ser,
saldando los errores del ayer,
y aunque ya estés acostumbrado a perder,
la ley del purgatorio impone su poder.

Sé cuánto has sufrido,
pero no has de abandonar:
no todo está perdido,
debes luchar.

Olvidas, buen amigo,
que esta vida, en verdad,
fue muy cruel conmigo
y ruego piedad.

Tu obstáculo eres tú,
¡no protestes más!
Si encarcelas tu alma
no podrás luchar, libérala

Recuerda que el pasado
está lleno de futuro
con sueños fracasados
por huir de caminos duros.

Libera tu dolor
y escúpele al destino
y afronta con valor
las barreras del camino.

Recibo mala suerte
en enorme cantidad,
en la vida y la muerte
y sin saciedad.

Tal vez todo es injusto
y aunque el miedo a fracasar
no es plato de buen gusto,
lo debes intentar.

La sonrisa se esfumó,
duerme en mi interior,
y aunque ya no pueda
despertar sé que regresará.

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