Nubes blancas de sudor, relinchos de corcel. Bajo el sol agotador cabalgan en tropel. El alma del luchador se forja con cincel. hasta el último estertor vender cara la piel.
Despierta, Castilla, y escucha el clamor del pueblo que llora por su defensor. El rey lo destierra, lo llama traidor, no quiere en sus tierras al gran lidiador. Minaya Alvar Fáñez, juro ante el Creador que regresaremos con gloria y honor. Trescientos jinetes a su alrededor, sus fieles mesnadas con el Campeador.
No hay fracaso ni temor. Yo soy el Cid Campeador.
Ni alfanjes ni tretas contra su valor, tras una celada cayó Castejón. Mira en Alcocer ondear su pendón, el de Barcelona también se rindió. Babieca en Valencia con rabia pisó y el rey de Marruecos el polvo mordió. Contra su destino el Cid se rebeló, forjó su fortuna con su corazón.
No hay fracaso ni temor. Yo soy el Cid Campeador.
Una flecha lo alcanzó, se sostiene de pie. A Jimena le rogó subidme en mi corcel. La muerte no me venció, batalla sin cuartel. A Babieca lo espoleó mi empeño por vencer.
Yo soy el CidTeksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.