A la hora en que mueren los sonidos del día Y el concierto nocturno comienza a preludiar Se pone su vestido de negro impenetrable La luna por diadema y estrellas en el chal. Después se señorea sobre alcobas dormidas Y baila en algún lecho la danza del amor Su obscura pandereta despierta a sus vasallos Comienza el aquelarre ¡La noche ya llegó! Y la ciudad se abre como una rosa negra Y perfuma las calles su vieja seducción Y aparecen los seres que puntualmente acuden Cautivos del embrujo de su eterna atracción. Es la hora en que brujas, fantasmas y poetas Conforman una rueda de misterio y amor Tomados de la mano, como pájaros ciegos Simularán que vuelan, hasta que salga el sol. Y al punto de las doce, los deseos hambrientos Aquietarán las alas de su inútil trajín Y abrirán como fauces sus almas pordioseras Recogiendo mendrugos de un ajeno festín. Y el pan de la esperanza llegará En su socorro Aliviando un momento el hambre de vivir El vino...fue bebido El deseo...saciado Y en un gran simulacro de la última cena El pan de medianoche habrán de compartir.Teksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.