Señora no deje a su hija con los delincuentes, porque ellos son distintos y eso no va; hay muchos delincuentes que usan camisa y corbata, y dejan que les brille su traje escocés.
Ayer vi pasar a su hija de quince años, parece que no es la misma desde que se fue; ahora usa ropa y perfume importado, y me mira de costado cuando usted no la ve.
Sátiros sueltos...
Cruzándola el otro día por el superpercado, vestía un traje rojo, a todo color; llevaba un carro lleno de bebidas blancas, se había puesto tacos altos por primera vez.
Qué buscan estos villanos con estas princesas, quizás encuentren en ellas satisfacción; satisfacción, satisfacción, sátiros sueltos, satisfacción.
Hey... señora, cuide a la nena, un mono... la trataría mejor.