Ad Portas Caelum
Las personas a mi lado son borrosas, transparentes, confusas, tenebrosas, vulnerables, opacas, fantasmales, manchas humanas sobre el aire.
Ni aún la hierba doblan mis pies, ni el rocío salta, ya ves. Allá a lo lejos la Gran Montaña inaccesible en la mañana.
Hasta hoy imaginaste la verdad, te llevaré a su camino; a saborearla como miel, a embriagarte en su vino.
No son los humanos, ellos siempre son los mismos. Lo distinto es el ambiente, la luz, el aire, aún el frío. Están hechos de la vida; más sólida materialidad.
Son las puertas de cielo, el umbral del ser. Somos sombras ante su realidad.
Andar por el valle resulta difícil, mis pies ante la hierba, desnudez. Un pájaro cruza el espacio y anhelo tener su solidez.
Ante las puertas del cielo soy fantasmal. Hasta hoy me pensaba tan real. Pero soy sombra, soy eco, soplo, espejo, añoranza, misterio de algo aún más material.
Hasta hoy imaginaste la verdad, te llevaré a su camino; a saborearla como miel, a embriagarte en su vino.
Letra: Juan Esteban Londoño Música: David Ramírez B. Teksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa. |
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