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De la punta de aquella montaña se divisa mi tierra
donde tengo un cariño y tres piedras que me tiene mareado,
por las tardes a diario me espera
y, como he de casarme con ella, le digo me espere sea diputao'.

Para entonces le merco sus nagüas de colita de zorra
como la usan las rotas modernas que entraron a la moda
y le compro su fortinga, para que parezca gringa,
¡chula se ha de ver mi chata que una vez fue gata de mi buen patrón!

Cuando salga elegido a la fuerza votado por el pueblo
y presuma de mucho botón en mi largo chaquetón,
con mi par de pistolas y el fuero
dejaré mi chaqueta de cuero, mis vacas, mis bueyes, lo que más quiero.

Me dedico a matar individuos toditas las mañanas,
por las noches me voy al «Colón» con la tiple más de moda,
y si tiene más hermanas, les pongo su palacete
cerca de las verdes ramas pa' que en las mañanas se puedan bañar.

No se pongan de pesca los que oigan este chulo corrido,
ni se pongan el saco los que se creyeron ofendidos
yo no pinto a ningún diputado
aunque todos me miren de lado, no quiero salir también lastimado.

Me despido con mucho cariño para mis cuatezones,
que dejaron su suave chamarra para usar pantalones,
ya que tienen sus amores en pueblitos muy lejanos,
lindos como flores que llorando esperan a los dueños de su amor.

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