Tus pies dejaban la estera y se escapaba tu saya buscando la guardarraya que al ver tu talle tan fino las cañas azucareras se echaban por el camino para que tú las molieras como si fueses molino
Ponme... Tus senos carne de anón tu boca una bendición de guanabana madura y era tu bella cintura la misma de aquel danzón Caliente de aquel danzón
Ponme... Después el amanecer que de mis brazos te lleva y yo sin saber qué hacer de aquel olor a mujer a mango y a caña nueva con que me llevaste al son caliente de aquel danzónTeksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.