Ilusorias promesas
Falsas y vacuas esperanzas
Ofreces del Dios al cual rezas
Liderando a ciegas masas

Los arrastras lentamente
En un sueño en vida
Hacia la cruda muerte
Donde la paz no tiene cabida

Ríos de llanto cubren los suelos
Donde destrozados yacen los sueños
De tristes verdades, de falsos recuerdos
De hondas heridas que no tienen remedio

Y tras disfrazarse cual lobos de ovejas
Reprimen sus gritos y sus justas quejas
No juran venganza, ni furia eterna
Pues su cobardía a sus mentes merma

Con sus mentes destruidas
Y con sus terrores a la muerte
Enfrentan las torpes caídas
Y no lamentan tal suerte

Alcanzan a cerrar los ojos
Y a orar por sus tristes vidas
Al llegar el fin son muy pocos
Los motivos de su alegría

El frío impregna lentamente lo que quedó de sus cuerpos
Derrotas en sangre y lágrimas son sus últimos recuerdos
Con los ojos fijos en la realización de su gran decepción
Encuentran por fin el sino de su farsa y su errada razón

Mientras se pudren, en inconciencia, las últimas fuerzas sacan su provecho
Y buscan decir, a quienes viven, que el día de mañana la muerte es un hecho.

No dejes a la mentira el abandono de tu ser
No entregues al lamento el devenir de tu vida
Al llegar el fin ningún juicio acaecerá
Por más que lo quieras no habrá inmortalidad

Abandona el deber y abraza el poder
Marcha siempre altivo entre los retos del tiempo
Ante el destino trágico de la realidad
Avanza con el designio firme de perecer.

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