Érase una vez, hace mucho tiempo ya un reino perdido en un lejano lugar. La noche se rindió al sueño de la eternidad ritos, brujería, almas buscando la paz
No duermas no entres no, no mires atrás.
No grites, no escuches, no reces, no te servirá
La noche da paso al ritual despertando la maldición, el bosque está hechizado por el mal, hay luna llena ¡protégete! Cada alma en pena es un árbol condenado a convertirse en ser humano y buscar la luz.
Difuntos, no muertos, con una historia que contar.
Sus ojos son pozos de dolor, madrigueras de pena y tristeza, embalses de estancada soledad y cada árbol es su ataúd
Bienvenido a la Ciudad de los Árboles perdidos donde nada es lo que ves, donde nada es realidad
Has llegado a la ciudad, al país de los perdidos, donde cada anochecer se oyen árboles llorarTeksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.