Aquí sí que tocamos los colores. Ya nadie respira. Somos cielo, nube estática, paisaje translúcido, imaginación del viento.
II
Pisco Elqui empina su rostro largo de cabellos celestes para deslizarse, sin sentirlo, por un arco-iris pedregoso de perfumes tenues. Entonces va encrespando su vehemencia anclada hasta encontrar las barbas verdes de las uvas preñadas.
III
Elqui, tus inmensos lomos rosados trepidan el canto de las nieves y las aves solitarias se mimetizan con las piedras de las montañas y ya no buscan su presa cotidiana, ellas, las aves, prefieren pasear su rumbo por lo desconocido.
IV
Así, Elqui dormido, como un t**án que olvidó su casa de tanto soñar caminos estrellados, resposa en su lecho, holgado, sempiterno y nupcial, padre y madre rendidos.Teksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.