Presten atención, contaré a continuación la leyenda de una taberna,
que yo pude ver, y por tanto cierto es, que la juerga allí es eterna.
En combate caí, así que esperé que Odín me acogiera en el Valhalla,
pero el muy cabrón entrar no me permitió: ¡me dejó a las puertas de la sala!
Y entonces llegó un anciano, y a seguirlo él me invitó; prometía que conocía un lugar mucho mejor.
Nada más llegué a la taberna, otros sitios dejé de añorar; el fiestón que allí había era... ¡descomunal!
Skål! Skål! ¿Qué tal? es un honor tenerte esta noche en esta barra. Skål! Skål! Es nuestra diversión robarles bebida a los del Valhalla.
Skål! Skål! Da igual cuál sea tu dios, ahora el alcohol es tu religión. Skål! Skål! Y cuando salga el sol, felices abrazaremos a Resakoff.
Desperté al dia siguiente, por segunda vez creí morir: era tal mi resaca que de estar allí me arrepentí…
Mas entonces llegó el anciano, y entre risas una birra me dio: «para recuperarte bebe y canta esta canción».
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