Se llamaron por sus propios nombres En las junglas y las cumbres de una verde libertad Conquistaron sus propios cielos Elevados por el cóndor en un haz de eternidad Cultivaron su suelo y sangre Con estirpes de fiereza para beber de su caudal Combatieron a falsos dioses Invasores mercaderes, impostores de ultramar
Hoy, su río corre en otras venas De sirvientes en ciudades, o las urbes del dolor Que no recuerdan ni sus propios sueños Solo a dueños obedecen con sonrisa y antifaz Borregos marchando en masa Complacidos de su yugo, imitando a su pastor Pero esto no es para siempre Los superfluo se marchita y la estirpe volverá Teksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa. |
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