Nací un día de un mes cualquiera, un niño empieza a llorar, sin saber que al crecer tendrá que hacerse respetar. Hablando claro, ser normal no raro, pagar precios caros, tener que trabajar para no estar en paro. Dedicando muchas horas, tener pocos ratos libres, endurecer su fibra sensible para no volverse invisible. Ser educado en una vida en que el momento más tranquilo es la hora de la comida.
No importa el bien ni el mes, sólo si empieza a llorar por el delito de nacer y el pecado de respirar. Todo es esfuerzo en la vida, sus sentimientos, cuando tenga uso de razón, le harán llorar por dentro. ¿Recuerdas cuando no hacíamos equilibrios en la cuerda, y hacíamos las cosas por el placer de hacerlas? Sin saber la verdad de la vida, no hay certezas, sólo hay soledad y algo sólido es corteza.
A veces, si lo pienso, me parece que el futuro es como convertirse en gris tirando a oscuro. A veces hay colores, los mejores no se borran, pero algunos se despintan, al fin y al cabo, son sólo tinta. Al final, ¿qué queda? Un niño mil, un millón creciendo en un ambiente hostil, viendo la televisión sin saber que van a recibir lo que vayan a dar por el delito de aprender a entender y a despreciar.
Se quedan nuestro esfuerzo, nos quitan nuestros hobbies, nos embrutecemos con la televisión, con el móvil. Se quedanquieren. Nos tratan como a basura, vivimos el momento. Nos tiran un hueso, un sueldo, nos ponen bozal; ladramos y vamos a la seguridad social. Nos curamos esperando, lo hacemos a su manera, cuando nos servimos, terminamos en la carretera.
Parece que el deporte funciona como anestésico, y que la memoria histórica sufre un proceso amnésico. No quiero tomar más droga como un antídoto para la frustración, como si fuera un analgésico. Condicionado por el dinero, por el estado en el que vivo desesperanzado. Cómo puedo comprar algo si no avalan mi contrato, si parece que cada vez que voto elijo a un mentiroso nato.
Me levanto con el cuerpo cortado, miro el despertador; hace frío, aún no ha salido el sol. Me visto, salgo a la calle, el Rocío empapa mi coche. Enciendo un cigarro mientras se aleja la noche. Voy al curro un día más para pagar facturas, y contar los días que quedan de mi contrato basura. Sin dormir apenas, para tener algo de vida que las horas extra mal pagadas me tienen prohibidas.
Mantener a raya las aspiraciones de la masa es lo ideal; una familia, un coche, una casa, un trabajo, un MC Donald's, vacaciones en la playa. Lo intento, pero es que me siento como una cobaya. Mierda de problemas, puta mierda de sistema. Pongo mis puntos, mis comas, ese es mi problema. Si lo hago, sé que seré bienvenido a un mundo sin dinero, del paro y del pánico al despido. nuestro tiempo, disponen de él comoTeksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.