La ingenuidad es un don que cultivo y conservo como un tesoro porque sé que el día que pierda definitivamente la ingenuidad, estaré perdido. Sin ingenuidad no hay ninguna razón para vivir,… ni ninguna razón para luchar. Sin ingenuidad la colina no tendría sentido.
Si pierdo la ingenuidad, ¿para qué seguir?, ¿de qué voy a hablar? No podré hablar de amor porque hay que ser ingenuo para seguir creyendo en el amor, después de tantos fracasos y de tantos desengaños;… después de tantas historias de desamor.
No podré hablar de paz porque sin una buena dosis de ingenuidad, ¿quién se atreve hablar de paz, sabiendo lo que se nos puede venir encima el día menos pensado? ¿Quién se atreve hablar de paz rodeado de odio y de misiles?… ¡Coño!
No podré hablar de libertad porque sólo los ingenuos seguimos adorando y creyendo en ese amado mito. Para los demás todo es cuestión de oferta y de demanda, de circunstancias y de fórmulas. Para los demás todo es economía.
No podré hablar de solidaridad porque sólo los ingenuos pueden sentirse solidarios,… sólo los ingenuos pueden seguir creyendo que el hombre no es un lobo para el hombre. No podré hablar de utopías, ni de revoluciones, ni de sueños… porque todo eso es materia reservada para los soñadores y los ingenuos,… los únicos que todavía creen en los cuentos de hadas y en los finales felices.
Si pierdo la ingenuidad no tendrá ningún sentido las horas soñadas porque no habrá nada que hacer, ni nada que decir.Teksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.