Lo amaban, ni más ni menos, y se sacaba cada mañana las espinas del sueño. Juraba y maldecía y se enredaba en la alambrada de la mansa rutina. Vivía como tú o como yo. Los viernes por la noche iba a buscar a su amor. Fumaba tranquilo, planeaba la semana y ella le arrancaba el cigarro y lo besaba.
Y un día lo mordió el virus el miedo. Entendió que las mujeres nunca tienen dueño. Y temió que ella marchase, que se agotase el manantial sin un por qué. Venció el miedo y faltó a la última cita, no descolgó el teléfono que aullaba en la mesilla. Y el temor a la derrota lo agarrotó como un calambre, sin un por qué. Duro, intenso y precario... Se enfrentaba cada día al oleaje en el trabajo. Y una mañana la cobardía lo paralizó en la puerta y no entró a la oficina.
Volvía a despertar y empezaba el periódico como tantos -por detrás. Vio y sintió la noche del planeta y su desastre, tuvo miedo y decidió no salir a la calle.
Y ahí lo tienes encerrado en casa, temblando como un niño, sellando las ventanas, para no ver, ni escuchar, sentir, notar la vida estallando fuera. Por miedo a sentir miedo fue a la cama, como una oruga se escondió y envuelto entre las mantas se durmió, hizo humo el sueño y se olvidó del mundo por miedo a despertar. Aún sigue dormido. Pasaron los inviernos y aún sigue escondido, esperando que tu abrazo le inocule la vacuna y elimine el virus del miedo y su locura.
Un lúcido Marilyn Manson se lo dijo a Michael Moore en Bowling for Columbine: la clave es el miedo. Vivimos en una sociedad atomizada y controlada por el miedo. Un miedo que nos desune y que es utilizado para justificar políticas insolidarias y aberrantes. El miedo a la inseguridad es utilizado para embarcarnos en guerras ilegítimas, el miedo a perder el trabajo es utilizado para menoscabar nuestras condiciones laborales, el miedo a salir de casa, el miedo a que las cosas cambien, el miedo al extranjero, el miedo a lo desconocido...A través de él este modelo de sociedad ejerce sus mecanismos de control, nos anula, nos aliena, nos convierte en autómatas lobotomizados al servicio de una globalización feroz e inhumana. Pero no todo está perdido, en tu abrazo se esconde la vacuna y el protagonista de esta historia sólo espera, mientras inverna, a que se la inocules.Teksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.