El cadáver yacía en el fondo del mar Un profundo olor fétido relucía su asquerosidad Mientras las aves gozaban su carnosidad Sin ojos a quién mirar el cadáver mostraba su infelicidad.
Personas incrédulas de aquel lugar, ahuyentadas corrían vomitando la verdad Aptitud valerosa la mía de reírme de sus agonías Pues de todas maneras ya era un cadáver.
Una mancha gris apareció sobre su vientre Signo atroz de gusanos que gozaban con la carne Tras la cruenta realidad una bolsa negra cubrió el cadáver.
Sin poder reclamar a alguien, aquella materia había sido destinada a un acto inhumano Teñida muerte sacrifical tornaron de rojo las túnicas de aquellos doctores.
Una extraña realidad hizo que nos volviéramos caníbales Sin importar de quien fuera lo despedazamos y lo enviamos a la morgue.
Sangre y pus broto del cadáver Olor fétido, signo del desastre Carne y huesos, signo de que ya era tarde. Teksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa. |
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