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Se escucha en la puerta
Las llaves sonar
El frío la invade
Y empieza a temblar.

Si desde hace tiempo
Le dio su corazón
No entiende que el monstruo
Golpea su cara por la frustración.

No dice palabras
No quiere enojar
A la bestia maldita
Que frente a ella está.

Su amor enojado
Su aliento de alcohol
La mira con odio
Y en ese momento comienza el dolor.

Toda la vida, que ella soñó
En un infierno, se transformó
Sufre en silencio, la maldición
De tener miedo, a su golpeador.

Y en las noches, piensa en soledad
En la forma de su libertad
El coraje es su alimento
Va deseando, escapar del tormento ya.

Tragándose el miedo, culpabilidad
Muriendo por dentro, con tanta crueldad.

Frías noches de resignación
De encontrarse en esta prisión
En sus venas le hierve la sangre
La impotencia y su última reacción.

Llena de odio, sin compasión
Con el cuchillo, se levantó
Miró al demonio y sin dudar
En su garganta clavó el puñal
La policía que la fue a buscar
Desesperante cuadro infernal
Condenada y sin emoción
Fue encerrada en una prisión mortal.

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