Un disco hablado, recitado. Dándole a la poesía su natural hábitat, que es la palabra, dicha. Con un fondo orquestal.
- Amante mía -
Amadísima amante mía, desde hace ya tiempo presiento el final de nuestra historia. Lo veo en tus ojos ausentes, lo oigo en tus silencios...
Sí, lo sé. La palabra amante nunca te cayó bien, pero por sobre todas las cosas eso eres para mí, mi amante, así como yo soy tu amante, nunca fuimos otra cosa. Desde el primer día lo decidimos, ¿te acuerdas?
Ese mismo día puse todas mis cartas sobre la mesa, sin guardarme ninguna. Te dije, si mal no recuerdo: no estoy solo en este mundo, no está desierto mi corazón, no soy un hombre libre ni quiero serlo, y no te mentía.
Llegaste un poco tarde a mi vida, legaste cuando el amor había comenzado para mí y alguien, de quien después te dije el nombre, me encadenaba suavemente los sentimientos. También te dije que lo nuestro sería distinto porque íbamos a estar juntos únicamente cuando teníamos ganas de amarnos.
Te lo dije. Recuerdo todavía tu sonrisa complaciente y el beso que me diste como sellando el trato. ¿Te acuerdas?
No me pongas entonces entre la espada y la pared, no me obligues a elegir entre un adiós y otro adiós. No quiero lastimarte. No quiero que nadie salga lastimado. Para mí todo está como estaba, nada ha cambiado, sólo tú cambiaste, yo sigo siendo el mismo, con las mismas suaves cadenas que no puedo ni quiero romper.
Una vez más, pongo todas mis cartas sobre la mesa, sin guardarme ninguna. De ti depende si el juego continúa. Te amo.
Y estoy seguro, muy seguro, que las palabras más dulces que tenemos para decirnos todavía no las hemos dicho. No te vayas, entonces. Quédate. Quédate conmigo y esperemos juntos los días más felices que todavía no hemos vivido.Teksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.