Expulsado del rostro solar, precipitado del cielo a la tierra, concebido como fuerza siniestra, sin odio ni amor por mi señor.
Soy el arcángel, el que tiene entrada al concejo de Dios, de quien el cielo exclamó, maldito desde siempre por la boca de Dios.
Días serán, en que los seres del barro disputaran la fuerza, en que los dioses no habrían mentido, sin él prescindir de las tinieblas.
La reina del cielo, llora aun sostenida en tu gloria, puesto que aun nuestro imperio de muerte, corona en toda la tierra entera.
Arcángeles, cubriendo los cielos, tronando en contra de la potencia vencida. Fueron barridos de un extremo a otro, pero aun no les as otorgado, el arte mortal de morir. No…
Reinantes del tormento, sedientos de muerte, señores de los abismos en designio de venganza... La agitación de LUCIFER.
Él corona en mi, el rencor de demonios, el amargor de arcángeles, el dolor de ser en la infinita insatisfacción.
Entro en la bóveda que jamás abrió, entre el cielo y la tierra, donde el suspiro a la muerte jamás cesó.Teksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.