Muriendo el marrón de unos ojos el sol ya se tiñe de azul,
Me dijo una brisa de ocaso que gris siguen el cielo y tú.
Te alejas con la luna vacía, nueva como en nuestra escapada,
Y cuando se haga de día no pienses que no queda nada.
Aquí no pasan los días, tan sólo llegan los mañanas,
Y con los años de ausencia comienzo a peinarme las canas.
Y cuando me acerco al Edén se extiende una alfombra de plata
Que yo no atravesaré en lo que me resta de estancia.
Sé cruel y olvídame no esperes ni a mí ni a nada,
Créeme que lo intenté pero no tengo ni para una triste bala.
Aquí si se ven las estrellas y en ellas te veo sentada,
Prefiero la lluvia suave resbalando por tu cara.
Sabes que busco algo nuevo, algo que darte mañana,
Y cuando vuelva en febrero volveré con esperanza. Teksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa. |
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