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Pedimos siempre un poquito más
y damos lo que tenemos.
Nos cuesta mucho disimular,
no sabemos contenernos.

Salimos siempre sobre las diez,
cuando ya se ve la luna.
Tenemos siempre las de perder
si nos persigue la tuna.

Queremos otra oportunidad,
de no pensar lo que hacemos.
Vivir otro segundo es normal,
pero no nos lo creemos.

Queremos pizza para cenar,
cuatro amigos y cerveza,
y una mesita para charlar,
y se nos vaya la cabeza.

¿Y qué más nos da?
Si no tenemos nunca na' que celebrar,
porque no pasa el tiempo y no hay ningún lugar
mejor que tú no te puedas ni imaginar.
Porque aquí no pasa el tiempo,
si nadie pide la hora.
Todos estamos contentos,
los minutos se evaporan.
Y nunca es nuestro cumpleaños,
ni tampoco es año nuevo.
No subimos de peldaño, siempre seremos pequeños.

Nos presentamos en cualquier bar,
Si nos gusta, nos quedamos.
La misma manera de actuar:
vemos, bebemos, nos vamos.

Volvemos en el último tren,
que casi siempre perdemos.
Nos toca andando por el arcén,
lleguemos cuando lleguemos.

No pedimos demasiado más
para quedarnos contentos.
Y mañana, volver a quedar,
ya empezamos a entendernos.

Queremos pizza para cenar,
cuatro amigos y cerveza,
y una mesita para charlar,
y se nos vaya la cabeza.

¿Y qué más nos da?
Si no tenemos nunca na' que celebrar,
porque no pasa el tiempo y no hay ningún lugar
mejor que tú no te puedas ni imaginar.
Porque aquí no pasa el tiempo,
si nadie pide la hora.
Todos estamos contentos,
los minutos se evaporan.
Y nunca es nuestro cumpleaños,
ni tampoco es año nuevo.
No subimos de peldaño, siempre seremos pequeños.

Siempre seremos pequeños…
Siempre seremos pequeños…
Siempre seremos pequeños…

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