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Aquí estamos los desadaptados
que crecimos lejos de la sombra de la montaña.
Siempre buscando ir más allá,
en contra de las falacias que permeaban nuestra realidad

¡Hijos del mar!
Con el corazón de metal
Y los puños bañados en sal
¡Hijos del mar!
Con la frente en alto,
Nadie nos va a silenciar.

Somos los que cambiaron la soga de la cotidianidad,
por una vivencia exaltada y dijimos no más,
a esos juzgamientos retrógrados
llenos de sevicia y de crueldad.

Sangre infame se ha derramado
en esta tierra que crecimos;
por hombres buscando alcanzar un lóbrego destino.
Mientras desmiembran a sus hermanos
y usan su estirpe como abono,
para que crezcan infectos retoños
y se inicie un nuevo ciclo de terror.

¡Hijos del mar!
Con el corazón de metal
Y los puños bañados en sal
¡Hijos del mar!
Con la frente en alto
Nadie nos va a silenciar.

Descendencia corrupta y arrodillada ante un poder central,
comiendo los desperdicios que les dejan como perros al cazar.
Apuntan y disparan sus armas a aquellos que se quieren levantar;
Inconscientes e ignorantes de que su fin muy cerca esta.


El miedo ya se ha ido con el céfiro y la marea;
nuestras voces hoy resuenan como un trueno en la tormenta;
miles de almas que despiertan ante un grito de protesta;
distorsiones que retumban y anonadan la violencia;
hoy resuenan en mi alma hijos del mar.

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