Hace dos días o tres y como por casualidad llegó hasta mis manos un mensaje, ahí está. No lo escribió un Robinson de los mares del sur no era una carta en una botella de cristal era un fanzine de la cárcel.
Naúfragos de un lugar donde no llegan barcos, y ninguna noche hay luna, ningún día sale el sol. Y escrito en una esquina y escrito con dolor un poema de un hombre que mató por amor.
Sé que no me oye ni me ve, y aunque de mí no sabe nada, y aunque nada sé de él. Y aunque nada sé de él, que no me oye ni me ve. Por mí su voz encadenada sea quien cante esta balada.
Ese nombre de mujer es un nombre de asesina. Él la mató y ella a él, ese nombre es Catalina. Ahora sólo vive para recordar la pesadilla que fue la historia de su amor, la pesadilla que fue su amor.
Sé que no me oye ni me ve, y aunque de mí no sabe nada, y aunque nada sé de él. Y aunque nada sé de él, que no me oye ni me ve. Por mí su voz encadenada sea quien cante esta balada.
Sea su voz la que cante esta balada.Teksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.