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Miro la tierra en septiembre,
la rama en flor, la madera,
el cielo azul y el aroma
de la vida en la pradera.

Sabrá mi padre a estas horas
estoy cantando sus coplas
con esa dulzura amarga
que puso en mi alma su ausencia.

Y tú, mamá, madre seria
que aún me cuidas y aconseja,
sabes que canto por ti
y por las madres que penan,
y por las madres que penan.

Sabes que nadie me vio
junto al mar con mi tristeza
y esas muertes que nos duelen
y la paz que nunca llega.

Este oficio de alumbrar
cementeras de conciencias
y en el alma de los hombres
dejar un canto, una estrella.

Este oficio yo lo sé,
se lleva mis primaveras,
pero mi canto es semilla
que ha de brotar cuando muera,
que ha de brotar cuando muera.

Sabrá mi gente a estas horas
que mi oficio es el amor,
cantar por la paz y el pan
de los hombres de esta tierra.
Padre, padre yo sé que tu luz
traerá justicia a mi tierra.
Padre, miro la tierra en septiembre,
la rama en flor, la madera,
sabrás tú que a estas horas
estoy cantando tus coplas.

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