Suelo acostarme a esa hora en que luna y sol disputan, entre la noche y la aurora, y aún trabaja alguna puta.
Y el carmín desaparece por los besos despedidos de quien no les pertenece y se olvida del olvido.
Y abren las panaderías y cierran las discotecas, y se atasca la Gran Vía y los sueños se hipotecan.
Y los jefes son los jefes que no pueden ser en casa, la pasión se desvanece, la razón resulta escasa.
Y se cruzan dos vecinos que, confusos, se saludan, uno huele a charla y vino, otro, a sábanas que dudan.
Si plantar cara a la vida, o volver a arrodillarse, ser una bala perdida, o una que va a alguna parte.
A esa hora en que en la SEAT se marcha el turno de noche, las feas no son tan feas cuando suben a tu coche.
Y en el bar el camarero enciende la cafetera y se para un camionero en la puerta del Riviera.
Y se cruzan dos vecinos que, confusos, se saludan, uno huele a charla y vino, otro, a sábanas que dudan.
Si plantar cara a la vida, o volver a arrodillarse, ser una bala perdida o una que va a alguna parte.
O una que va a alguna parte. A esa hora en que mi olvido no hace más que recordarteTeksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.