Pobre y buena gente
eso es lo que se dirá
de los tipos que amanecen
sin vida en la ciudad.

En diarios toledanos
y a nivel nacional
incendian tele y radio
con la sangrienta actualidad.

Vagos y maleantes
empresarios globalistas
ven tremular sus carnes
cuando se echan a sobar.

Las esquinas se vuelven
trampas de riesgo mortal
los tejados son puentes
que usan para atrochar.

Colocan a chivatos
en círculos de amistad
De ése al que han marcado
para saberle atacar.

Parásitos y costras
rufianes sindicalistas
Sospechan de su sombra
del vecino, y, de su pan.

Se oyen pisadas
tras la puerta y el cristal
Chapa bien con llave
no sea que vayan a entrar

Se oyen pisadas
de entre lluvia en el portal
Si es la garduña
más vale que estés ya en paz.

Ni Katanga ni renfe
al cabo de faenar
maestría silente
en el arte de huir del lugar.

Fuertes piernas y brazos
lengua que sabe callar
sabiendo que han jurado
ante el gran maestre lealtad.

Tan infieles farsantes
De fe fundamentalista
sienten helar su sangre
al saber de un caído más.

Fui fuelle apenas
habido cumplido once años
yo era un cobertera
vendemiseria en hombre de palo.

Llegué a floreador
al fin a punteador y antes a postulante
sólo de sirenas puedo hablar
si hablo de amantes

Soy un héroe de la ciudad
donde he nacido
llevo en mi pesar hacer el bien
siendo asesino.

Lo hacemos por ti
toda la hermandad.

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