Me duele la nación, la patria que llevo adentro, se siente sola e ignorada, desconocida y extraviada, olvidada en el olvido de este juego sin sentido que nuestros padres han perdido, con los dueños de nuestros sueños de progreso. Le duele el amarillo desgarrado, desgarrado por lo vientos de violencia y un azul de mar y cielo que permanece allí para que no olvidemos el rojo de la sangre de los que seguirán muriendo combatiendo aún entre el silencio. Me duele la nación, la patria que llevo adentro. Le duelen los olores a cóndor herido que se esparcen por un tiempo andino sembrando de libertad la espina dorsal de la montaña. Crecemos en el orden de un desorden general unos se quedan otros se van migran con la riqueza de los campos a la pobreza de la gran ciudad. Le duelen las fronteras olvidadas los límites de esta nación a la deriva cada punto cardinal y cada esquina cada pedazo de realidad y cada fantasía Pero algo me duele más es un aroma de café que busca sin cesar esta paz tan anhelada que por más que la buscamos no la podemos encontrar. Me duele la nación, la patria que llevo adentro Me duele la patria voraz, el hijo herido que yo cargo dentro que no soporta el desconcierto de este parto secreto y lento, que me nace el amor y se me va... curvando el camino al firmamento, distanciado de cualquier posición, más allá de la razón lo que se pretende, es una nacion.Teksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.