Noche frígida aquí me tienes en gran tempestad, guíame, vélame, con tu oscuridad Tápame sobre tus ramas en sequedad.
El silencio se acostumbra a sopesar, aunque en mi aliento se cubra un manto de sombras.
Ya que no estaré en este amargo amanecer donde la paz y éste terrible placer terminan consumiéndome entre llamas, sin alma y dañada.
Dentro en mi ser te llevo una y otra vez, Madre muéstrame el camino a recorrer.
Ya que no estaré en este amargo amanecer donde la paz y éste terrible placer terminan consumiéndome entre llamas, sin alma y dañada.Teksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.