La última vez que te besé, estabas tan fría y pálida Con tu vestido blanco, me acerqué y te dije adiós. En esa carta que dejaste me confesaste que nunca más quedaría solo y me vendrías a buscar
De pronto allá afuera, en la oscuridad de la noche, Me despierta un susurro, un jadeo aterrador Como alguien que se arrastra alrededor de la casa. Y esa voz en la penumbra, implorándome por agua.
Y al salir afuera no había nada, sólo la quietud la luna y yo. Regresé a mi cuarto y sentí el aroma rancio de la tierra húmeda Ella había vuelto y me esperaba al costado de mi cama Mirándome desde el rincón, su promesa ella vino a cumplir, Y mis ojos nunca más se volvieron a abrir.Teksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.