Amparado por tanta mediocridad
fue renegando de su propia clase
olvidando al hermano con quien compartió
su existencia en la miseria, en la marginación.

Artero en su soberbia fue transformándose
en mercenario bajo bandera del poder burgués
abrazando la Conciencia, la Patria y el Dios
de quien en Ley consagra su dominación.

Noble conservador, sin derecho de opinión,
fría maquinaria de tortura y represión,
acertando golpes contra el trabajador,
ejecutando ordenes que dicta la reacción.

Creo que no hay palabras para calificar
tanta hipocresía parida del orden social
por eso hoy entono junto a mi repudio
la más austera lastima al enfrentar.

Al perro guardián
que vigila la sagrada propiedad
y su bienestar
como parte de la casta policial
dejando apreciar
que es el arma del gendarme estatal
jurando lealtad
al servicio de la clase patronal.

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