Viejas y absurdas teorías para la consolación
base y cimiento de farsas y religión.
Fomentando el conformismo a nuestro existir
y la mascara ideológica a intereses de opresión.

Tapando la realidad, esparciendo esa ignorancia
madre de las supersticiones más reaccionarias.
Pero también madre de la industria capitalista
de la sumisión y de la mano de obra barata.

Idealizando un hombre abstracto
arto de felicidad
morador de un paraíso
donde reina la bondad.

Producto de un pensamiento
en cruda contradicción
con el hombre que vive y sufre
con el hombre real.

Que hace historia a la fuerza
con su sangre y pasión
pero que aun es prisionero
de su mente de su imaginación.

Cuando la lucha cada vez más abierta se hace franca
esparcen su anestesia en forma de nuevas esperanzas.
¿Fe?, si la crónica de nuestras vidas ha sido esperar
o aguantar los latigazos por pecar en insurrección.

Pues la historia se escribe a los golpes
los golpes contra el opresor
no es la profecía de un apóstol
o la voluntad de un Dios.
La historia es movimiento real,
la historia es materia y acción.

Entonces por qué no confiar
en nuestra propia fuerza
y escribir nuestro destino
lejos de esta superstición.

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