Cuando la estaba queriendo, cuando la estaba sintiendo, todita mía, la vi partir. Me juró que regresaba, pero todo era mentira porque ya su alma no era de mí.
En la noche silenciosa, nos miramos frente a frente, sin hablar. Ella me dijo, de pronto, que olvidara su cariño; que no me quería engañar...
Fue bajo del crucifijo de la torra de una iglesia, cuando la luna nos alumbró. Yo la estreché entre mis brazos con ganas de retenerla, pero el orgullo me lo impidió.
Ya solo frente a la iglesia, y llorando, ante el Cristo fui a implorar. Al contemplar mi tristeza, el crucifijo de piedra ¡también se puso a llorar!Teksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.