Doncella de sangre real,

hija de cacique,

tu cárcel es tu pueblo.



Guerrero de tribu rival,

vienes a buscar

la princesa que es tu amor.



Ni la guerra, ni el cacique,

permitirán que se consume esta unión.

Deben correr y escapar,

las montañas les brindarán protección.





Las cumbres del Zurquí,

cubiertas de niebla,

mariposas vuelan,

son alma de mujer.



Prófugos, la caza empezó,

cientos persiguen,

flechas cruzan el aire.



La muerte toca al guerrero,

su alma partió

a encontrarse con Sibú.



La princesa, sigue huyendo,

más sus piernas ya no quieren continuar.

Y su cuerpo, se transforma:

mariposas que al guerrero buscarán.

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