21 de octubre de 1897
Es la inauguración del Teatro Nacional en San José y el pequeño Fausto es llevado a conocerlo. Aunque por su clase social no podía entrar, si comprendió el tema de la ópera que se presentaba esa noche: “Fausto”, que llevaba su mismo nombre.

Una nueva joya se ha construido
Rodeada por trillos y carretas
San José es apenas una aldea
Que en su centro un palacio luce

La ópera que estrenan esa noche
Habla de una alianza con el diablo
El niño que afuera escucha atento
Para siempre esa historia absorbe

Las luces del teatro
En sus ojos se reflejan
Se ha invocado a Mephisto
Juventud y amor eternos

La noche de Fausto
Un pacto con el mal
El teatro ya marcó
Su vida hasta el final

La gente curiosa en la entrada
Sobre sus cabezas siente el miedo
La iglesia se opone con rencor
La ópera dispersa sus ovejas

A la medianoche finaliza
Los que salen cuentan extasiados
Que el ballet que cierra la función
Alaba el placer y el desenfreno

Es la fiesta de Walpurgis
Una orgía de pecado
La joven mente del pequeño
Danza libre para siempre

La noche de Fausto
Un pacto con el mal
El teatro ya marcó
Su vida hasta el final

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