Junto al pie del muro, donde se sentaba, cuando me esperaba, había un rosal; un rosal enfermo que no daba flores pero que adornaba con verdes colores; pero que adornaba con verdes colores el blanco mural, el blanco mural.
Y entre tantas flores fue su preferido, aquel rosal triste que, a fuerza de cuido, le dio nueva vida, le hizo renacer, y el rosal enfermo pagó sus favores cubriendo la tapia de amarillas flores flores de tristeza, algo de su ser.Teksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.