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Como dulce melodía esa noche
tu nombre penetró en mi sentidos
y se metió tan adentro, tan adentró
que por eso salir no ha podido.

Me coloqué como si fuera acto de magia
en un espacio colorido y imaginario
situado entre el deseo de mis ansias
y el rojo humedecido de tus tibios labios.

Esa noche descubrí mil emociones
bajo tu hechizo y tus gemidos excitantes,
que deslumbrado por aquellas sensaciones
de tanto amar casi te veo en cada frase.

Vamos a hacer en lo adelante
una antología de caricias
de lo mejor de la primera noche
cuando ahí me diste la primicia.
Vamos a hacer en lo adelante
una antología de caricias
en petición de los mejores actos
del amor que endulza nuestras vidas.

Aún yo guardo en mi pudor
el dolor de tu primera vez,
un dolor que supo a miel
y una piel que invita ven,
ven endúlzame otra vez.

Vamos a hacer en lo adelante
una antología de caricias
de lo mejor de la primera noche
cuando ahí me diste la primicia.
Vamos a hacer en lo adelante
una antología de caricias
en petición de los mejores actos
del amor que endulza nuestras vidas.

Aún yo guardo en mi pudor
el dolor de tu primera vez,
un dolor que supo a miel
y una piel que invita ven,
ven endúlzame otra vez,

un dolor que supo a miel
y una piel que invita ven,
ven endúlzame otra vez.

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