Dedico este poema a la que fuera tan amada Durante fugaces instantes A la mujer de mis noches, a la que se iba al Alba Sin nunca hablarme de ella A quien bebió de mis fuentes y cuyo misterio me falta Como una estrella lejana A quien me dejó ser libre y tan libre como el aire Tan libre como su aroma A quien me debe un segundo abriendo sus cálidos brazos Atravesó nuestro camino A quien hizo el milagro de cambiar el dolor en oro Volviendo a encantar este mundo A quien puso a nuestro lado, al lado de los condenados La bandera de la verdad A aquella valiente figura, por su gracia maravillosa Nos llenó de felicidad
A la que nunca regresa, a la que guardó su enigma Que misma conocen ustedes A la que no dejaré de amar, con quien no terminé de bailar Ofrezco un ramo de flores
La-la-la-la-la-la-la-la-la La-la-la-la-la-la-la-la-la La-la-la-la-la-la-la-la La-la-la-la-la-la-la-la-la La-la-la-la-la-la-la-la-la La-la-la-la-la-la-la-la Uh-uh, uh Uh-uh-uh-uh Uh-uh, uh Uh-uh-uh-uhTeksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.