Caminan con sus ojos cerrados, Y mueren en sus propios desiertos. No escuchan las voces de otros muertos, Muy pocos, los muertos que buscaron; Ni entienden ni quieren sus legados, Mas honran y lloran sus tormentos.
Mantienen la pujanza y el coraje -Que estan en ellos por naturaleza- Cautivos del descuido y la pereza, Y asi vivir la paz de los errantes.
Sus tantas preguntas sin repuestas Aplacan en su saber moldeado. Por eso, ese atavico arrebato De ser parte de cualquier escuela No es mas que la sordida secuela Del simple ejercicio del acato.
Alli donde no llega la mirada De todo su saber acumulado, Lo mistico y lo empirico han pactado Para paliar la pequeñez humana.Teksty umieszczone na naszej stronie są własnością wytwórni, wykonawców, osób mających do nich prawa.